La población de ancianos solitarios crece cada vez más. En Italia, los estudios realizados en el 2018, demostraron que alrededor de 1,2 millones de personas mayores de 65 años viven en soledad.
En la actualidad la población mayor de 65 años ronda el 38%. De dicha cifra, muchos no tienen hijos, ni otros parientes o amigos que puedan ayudarlos en caso de necesidad.
Italia es el segundo país del mundo con más ancianos después de Japón, según los datos divulgados por el Instituto Nacional de Estadísticas (Istat) en su informe anual del año 2017.
Cada vez son más las personas que no tienen hijos, no siempre por problemas de concepción, sino por libre elección netamente personal. Italia además de ser considerado un país de viejos, ya que cuenta con 168,7 ancianos por cada 100 jóvenes, según las estadísticas oficiales.
Las principales razones por la que no optan por tener hijos son el miedo a no poder darles una vida cómoda, el deseo de disfrutar la vida y el cuidado físico. En los últimos años, muchos países europeos se han preocupado por la forma de vida de las personas mayores.
Para ayudar a las personas mayores es importante tomar conciencia de la soledad que pueden llegar a sentir. Existen distintas alternativas para alejarlos de la soledad como caminar al aire libre, salir a visitar a un amigo o familiar, cultivando pasatiempos, participar en las iniciativas de los grupos de mayores, entre otras.
Las consecuencias de una vida en soledad en personas mayores son contundentes. Entre las más comunes están el poco de autocuidado, la depresión, el riesgo de enfermar o acelerar la aparición y el curso de enfermedades neurodegenerativas, como la demencia senil y la enfermedad de Alzheimer.