La mal llamada ideología de género se está haciendo presente cada vez más en nuestra sociedad y no es nada más que una corriente que va contra todos los fundamentos biológicos y anatómicos que establecen las diferencias reales entre hombres y mujeres. Algo que ellos llaman una “construcción social y convencional”.
¿Por qué es tan fuerte este movimiento?
Es sabido que desde los años 60 esta corriente se hace presente en los gobiernos globales e instituciones gubernamentales más importantes. Estamos hablando que, desde la ONU, UNICEF, UNESCO, OMS, entre otras, se apoya este movimiento y se busca que todos los ciudadanos se adhieran a esta sin cuestionamiento alguno.
Es clave la gramática que usan ya que utilizan la palabra “Género” en lugar de sexo ya que esta última se adhiere a la concepción natural de 2 especies humanas (hombre y mujer), mientras que con el vocablo “genero” deja abierto y a elección de la persona un sinfín de opciones con las que se pueden autodenominar e identificarse. Para estas personas no existen los sexos, sí los roles.
Esta falacia propone que el hombre y la mujer pasen por encima de la construcción del lenguaje, las relaciones familiares, la religión, la sexualidad, la educación, la cultura, la reproducción, etc. Esto con el apoyo de importantes instituciones globales.
Los propagadores de esta teoría sostienen que los gustos sexuales de las personas son totalmente neutrales y que la conversión de estos se debe a un “amoldamiento social” que solo distingue las relaciones entre hombres y mujeres.
Un argumento muy fuerte y que es quizá el más famoso de esta ideología es el del “femicidio” y la violencia de género que establece que el único móvil que tiene una persona para agredir o matar a una mujer es el sexo de la misma. Argumento que va completamente en contra de lo que dice la ley y las sanciones en las que nunca se ha tipificado el sexo como móvil de un delito.