La escasa natalidad muestra a una Italia con menor población, expuesta a ser una de las menos ocupadas
Italia es conocida por tener dentro de sus habitantes gran parte de población longeva, ciudadanos que hasta el momento han dejado de existir durante los últimos años y no han podido ser reemplazados por neonatos tras la casi inexistente natalidad en el país, que se acelera aún más desde el 2015.
Los nacimientos han disminuido constantemente desde hace ya ocho años, tomando en consideración la pandemia. En 2015 nacieron 485.780 niños, en 2019 fueron 420.084, en 2020 404.892 y en 2021 400.249. Se estima que para el 2022 hayan nacido aproximadamente 390.000 niños.
Es inevitable pensar que exista mayor mortalidad al tratarse de una gran parte de ciudadanos en edad avanzada. La escala en algunas ciudades podría suponer una reducción drástica de la población. Solo en Arezzo, la provincia cuenta con menos de cien mil habitantes: los 1.755 ciudadanos fallecidos en 2022 no han podido ser compensados por nuevos nacimientos.
Por otra parte, según datos de Istat esta situación también está ocasionando problemas en las escuelas. Actualmente, los alumnos de primaria nacidos entre 2012 y 2016 se aproximan en 2.588.383, distribuidos en 142.958 clases para una media de 18 alumnos por clase. Dentro de cuatro años, se estima que los nacidos entre 2017 y 2021 asistiendo a las escuelas se aproximará en 2.123.123 niños, por tanto, desaparecerán por lo menos casi medio millón de alumnos y como resultado 25.847 clases en Italia permanecerán vacías.
En los pueblos pequeños la situación es aún más crítica, porque cuando se cierra un negocio, se suprime un servicio o se jubila un artesano, ya no hay nadie que pueda reemplazarlo. Además de los comercios, los oficios como: plomeros, albañiles, pintores, electricistas ya no logran ser ocupados.