Las normas de las prácticas prevén una bonificación no menor a 300 euros brutos mensuales
Para hacer más fácil la entrada de los jóvenes en el mundo laboral, una buena medida es la de las prácticas formativas, es decir, un periodo donde el estudiante podrá ser orientado y formado. Estas prácticas se pueden dividir de dos formas. A continuación, más información sobre el tema.
Las prácticas curriculares representan un proceso de aprendizaje enmarcado dentro de los planes de estudio de las universidades y escuelas, las cuales tienen derecho a créditos de formación, no obstante, también es posible seguir una pasantía extracurricular que permite al joven tener un conocimiento directo del mundo del trabajo a través de un periodo de capacitación en un entorno productivo.
Para facilitar la activación de una pasantía, es necesario llegar a un acuerdo entre el promotor (puede ser la universidad o la escuela secundaria), pero también la agencia de empleo u otro y la organización de acogida (empresa, organismo público, estudio profesional, entre otros). El tutor tendrá la responsabilidad de acompañar a cada aspirante en la redacción del plan de formación y también una serie de otro tipo de finalidades: definición de condiciones organizativas y docentes, así como la inclusión en el nuevo contexto y seguimiento de su propio camino.
Las normas sobre las prácticas prevén un abono a los becarios no menor a 300 euros brutos mensuales, salvo que exista alguna disposición distinta en cuanto a la cuantía establecida por las leyes económicas. Asimismo, es importante tener en cuenta que un extranjero en posesión del permesso di soggiorno por motivos de estudio o formación no podrá ser empleado con un contrato de trabajo a tiempo completo, sino solo parcial con un máximo de 20 horas semanales y un límite anual de 1.040 horas.