Veinte viviendas fueron sepultadas en el caserío de Naranjal, en el pueblo de Quetame al centro de Colombia
Con un mar de lodo hasta las rodillas y entre muebles y vehículos arrastrados por el barro, los familiares de las víctimas de la avalancha en el caserío de Naranjal buscan desesperadamente a los desaparecidos con la esperanza de encontrarlos vivos. Doce horas más tarde, catorce cuerpos fueron encontrados sin vida, entre ellos varios niños, así como media docena de heridos mientras continúa la búsqueda de desaparecidos cuyo número no se conoce aún.
Según los datos de la alcaldía de Quetame “son 20 las viviendas desaparecidas” bajo el lodo que dejó la avalancha. Además, las autoridades informaron que el alud se llevó consigo un puente, lo cual provocó el cierre de la carretera que conecta Bogotá con Villavicencio, capital del departamento de Meta y una de las principales despensas agrícolas del país.
De los tres menores reportados como fallecidos como consecuencia del desastre, se confirmó el deceso de Stefy Carolina Viracachá, una joven promesa del patinaje de la Escuela de Formación del municipio de Guayabetal, cuya muerte se produjo a los 13 años de edad.
Mientras tanto, la Brigada de Atención y Prevención de Desastres del Ejército, sí como la UNGRD que libera las labores de búsqueda de desaparecidos llegó al lugar de los hechos para atender la emergencia. Los comerciantes de la zona se vieron obligados a recoger sus cosas en medio de la destrucción.