La industria representa el 25% de empleo masculino y solo el 12% del empleo femenino
A partir de ahora hasta 2030, más de medio millón de personas al año le dirán adiós a su trabajo. Se trata de hombres y mujeres que, compatibles con las restricciones a la jubilación vigentes, se despedirán de sus compañeros para siempre. El problema en ello es que su reposición será difícil: los segmentos de la población más joven garantizan la entrada de 400 mil nuevos trabajadores, suponiendo un riesgo de falta de empleo para 100 mil trabajadores al año.
El último informe de Istat también certifica que la población italiana envejece cada vez más. En ese sentido, si se toma una porción de personas entre 15 y 64 años, quienes estadísticamente constituyen la población en edad de trabajar, el país ha perdido 1.8 millones de trabajadores desde 2012 a pesar de la contribución de la inmigración.
De la misma manera, el equilibrio del sistema se ve amenazado examinando más de cerca el flujo de ingresos y gastos por género. Una manera adecuada de observarlo es la del nivel de educación/formación de los trabajadores, abriendo un importante desajuste entre las personas con baja cualificación: muchos están concentrados en los grupos de edad más cercanos a la jubilación.
Cabe destacar que la industria relacionada al mano de obra representa el 25% de empleo masculino y solo el 12% de empleo femenino. En cuanto a los desempleados y personas que no estudian ni trabajan, este sector se encuentra en una posición extremadamente débil, lo cual dificulta responder activamente a las solicitudes de las empresas.