Guerra de naciones. La inmigración se convirtió en un arma política contra la Unión Europea durante el 2021.
La inmigración europea atraviesa uno de los momentos más complicados de su historia tras las duras diferencias entre países del viejo continente. En 2021, muchas naciones no sólo han sido estremecidas por esta problemática, sino también han utilizado el fenómeno migratorio como instrumento de presión política.
“Europa, nuestra casa común, está amenazada”, dijo el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki. El funcionario polaco señaló que Alexander Lukashenko, presidente de Bielorrusia, y Vladimir Putin, presidente de Rusia, planean un complot migratorio contra la Unión Europea.
De España a Letonia. El problema se extiende por toda Europa.
Venganza bielorrusa
Alexander Lukashenko, mandatario de Bielorrusia, es el gran protagonista del encontronazo migratorio en sus fronteras con Polonia, Letonia y Lituania. Dichos países han acusado al autoritario Lukashenko de atraer inmigrantes del Medio Oriente hasta Minsk, para luego trasladarlos a las divisorias de la Unión Europea.
La crisis internacional provocada por Bielorrusia es una reprimenda a las sanciones que la UE le impuso a Minsk tras la dura represión en las manifestaciones contra las elecciones presidenciales que ganó Lukashenko.
Las naciones bálticas de la Unión Europea intentan sobrellevar este problema con muros de alambradas fronterizos, por lo que piden a la UE que los financie. Sin embargo, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, declaró: “No habrá financiación para alambradas de púas y muros”.
La insistencia marroquí
En mayo de 2021, España protagonizó otra crisis migratoria con su país vecino del sur. Más de 8 mil migrantes de Marruecos llegaron a tierras españolas tras cruzar la frontera con Ceuta.
Simultáneamente, miles de marroquíes protestaban en Rabat por la hospitalización de Brahim Gali, líder saharaui del Frente Polisario, tras contraer COVID-19.
La capital de Marruecos sigue en busca de un modelo parecido al de Turquía en 2016. Aquella época, el país otomano logró acordar con la UE un ingreso de 6.000 millones de euros por la vuelta de inmigrantes turcos en Grecia.
Solución incierta
La Organización Internacional de Migraciones registró 1.692 muertos y desaparecidos en el mar durante todo el año 2021.
El primer ministro de Italia, Mario Draghi, devolvió la inmigración al centro de las conversaciones entre países europeos. El funcionario italiano reclama nuevos planes de acción, financiados adecuadamente y dirigidos de manera equitativa a todas las rutas del Mediterráneo. Lamentablemente, la Unión Europea aún no logra avances significativos ante las numerosas denuncias de sus países miembros.