Altas temperaturas, sequías y falta de agua pretenden ser aliviados con inversiones de hasta mil millones de euros.
Italia vive una crisis hídrica provocada por un prolongado período de sequía con efectos evidentes, sin embargo puede que no haya mostrado su peor cara. A pesar de algunas tormentas en el norte de Italia, las previsiones no son buenas y el verano está prácticamente todo por delante.
La emergencia existe con el primer racionamiento que ya ha golpeado a la población. Y sucederá lo mismo con las regiones a la espera del estado de alarma. Pero concretamente, ¿qué está haciendo la política para remediar el problema?
Ante ello, el Observatorio de Sequía del Consejo Nacional de Investigaciones de Italia (CNR) indicó que las temperaturas de julio estaría al mismo nivel de junio. El problema es que no bajará, y el próximo mes y agosto, se esperan niveles por encima de la media, nuevamente. Las pocas lluvias que «veremos solo traerán beneficios limitados y localizados», agregaron.
Estudios de especialistas
El índice Estándar de Precipitación (SPI) elaborado por el CNR, permitió identificar en los últimos seis meses las zonas áridas y húmedas del territorio italiano. En su estudio, expuso que la escasez de lluvias, poca nieve en los Alpes, sequedad del suelo y el aumento de temperaturas agotan las reservas de agua en Italia.
La sequía empezó en los lugares del norte, pero ahora el centro y el sur también empiezan a sufrir.
Desde principios de año, las áreas relacionadas a la sequía con extrema intensidad son las del noroeste, particularmente, Piamonte y Lombardía, indican. En el centro, el mayor problema afecta principalmente a Lazio. Al sur de Campania, Puglia, Calabria y Sicilia se han producido un descenso de lluvias de moderado a severo.
Además de las anomalías climáticas, notaron que la sequía también es provocada por un problema estructural. Mientras tanto, las regiones están esperado la declaración del estado de emergencia por parte del Gobierno de Italia, también para entender cómo contrarrestarán la crisis.
El problema llega tras los causados por la pandemia y la guerra en Ucrania, que han complicado decisiones gubernamentales y dificultado a familias y empresas. La falta de agua se ha sumado a un contexto ya problemático, dificultado las cosas.
Algunas zonas tienen limites en cuanto a los recursos que consumen agua, como el caso de las lavadoras. También, tradicionales bebederos están cerrando la distribución del líquido ante el calor, los ríos secándose y todavía hay averías en las conexiones alrededor del país.
Maria Spena, vicepresidenta italiana de la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados, dejó en claro que «el agua es como el aire y el sol, es un bien esencial y debemos protegerla de cualquier desperdicio».
Sin embargo, el estado de emergencia -que se implementará a través de un «decreto de sequía»- aún no es riguroso en cuanto a la conservación del agua y estará a la espera: «La sequía todavía lleva tiempo, el gobierno está trabajando en eso, se hará un plan en las próximas dos semanas. Aunque la normativa era previsible que iba a realizarse algún día, no se sabía el día, pese a que las condiciones estaban ahí», indicaba la funcionaria.
¿Cómo pretende la política afrontar la emergencia?
Últimamente los diarios, políticos o cualquier fuente de datos en Italia han tocado el tema de la falta de lluvia. También resaltan la falta de capacidad de almacenamiento cuando llueve. Es por eso que «hemos planteado proyectos de 200 nuevos embalses en la zona para recoger agua, una forma también de producir energía, a través de la hidroelectricidad y la fotovoltaica, con plantas flotantes», agregaba Spena.
A corto plazo, se dispone de cerca de mil millones de euros. Ello permitirá financiar proyectos similares, a través de un Contrato de Desarrollo Institucional (CIS), que manejará la estructura sur de la ministra italiana, Mara Carfagna. El dinero provendría de fondos estatales y de la Unión Europea.
«También hemos pedido en el corto plazo definir un CIS en el tema de los recursos hídricos para involucrar a los territorios y tener fondos disponibles», sostenía Maria Spena. «El mecanismo ya está preparado por el Ministerio para el sur y podremos disponer de unos 1.000 millones de euros (…) fondos disponibles para construir embalses y renovar los acueductos», manifestaba.
Entre tanto, a largo plazo, las inversiones para aumentar la «resistencia» del territorio ante futuras crisis deberán continuar: «También debemos prever una nueva recuperación para hacer frente a la sequía junto con los problemas de la guerra» decía Spena.
Por último, mencionó que, durante la próxima ley de presupuesto, se pedirá cambios a la Comisión Europea. Pues, buscan dar luz verde a una financiación que permita infraestructuras en el sistema del agua y garantizar la seguridad ciudadana.