Alberto Fujimori, el controvertido expresidente peruano, falleció este miércoles a los 86 años, según informó su hija Keiko a través de la red social X. Fujimori luchaba contra el cáncer, y su muerte marca el final de una figura que dividió profundamente a la sociedad peruana.
Fujimori gobernó Perú entre 1990 y 2000, tiempo en el que fue aclamado por sus seguidores por haber combatido la guerrilla y estabilizado la economía. Sin embargo, su legado también incluye graves violaciones a los derechos humanos, por las cuales fue condenado. En 2009, fue sentenciado a prisión por su responsabilidad en dos masacres cometidas por el escuadrón de la muerte «Grupo Colina», que dejaron 25 víctimas, además de los secuestros del periodista Gustavo Gorriti y el empresario Samuel Dyer.
Su mandato se caracterizó por un gobierno autoritario, especialmente tras el autogolpe de Estado de 1992, donde disolvió el Congreso y tomó control del Poder Judicial con el apoyo militar. Aunque logró éxitos en la lucha contra el terrorismo, su figura siempre estuvo marcada por la polémica y la polarización política en el país.
Fujimori fue el primer exmandatario latinoamericano en ser juzgado y condenado en su propio país por crímenes de lesa humanidad. Su salida de la cárcel en 2023 reavivó el debate sobre su papel en la historia de Perú, mientras su hija Keiko intentaba, sin éxito, llegar a la presidencia en varias elecciones.