Tras dos años de exenciones y limitaciones, los ciudadanos por fin quieren dar un suspiro de alivio de cara al verano de 2022, de vacaciones.
Se cree que el próximo verano representará el renacimiento del turismo en el territorio italiano. Muchos están deseando hacer las maletas y marcharse a disfrutar de unos días de merecido descanso. Sin embargo, puede ser necesario reorganizar las vacaciones y tal vez reducir la duración de la estadía para mantenerse dentro del presupuesto que tiene pensado en gastar.
Las reservas ya están creciendo y parecen prometer una temporada igual a la de los tiempos previos a la pandemia por COVID-19, con ingresos quizás incluso superiores a los de 2019 en algunas áreas. No obstante, las ganas de viajar todavía siguen siendo interrumpidas por los precios altos, pues el verano parece que será muy caro para algunos ciudadanos.
En cambio, para otros, la inflación que partió de la fuerte recuperación post-COVID y empezó a subir con la invasión de Rusia a Ucrania, parece que no influye en la decisión de elegir un destino donde vacacionar. Pues la gente sigue reservando sus vacaciones a pesar de la crisis.
El incremento de los precios de la energía y en general de las materias primas provocó un alza de los costespai vacacionales. Es un dato muy compartido por trabajadores del sector turístico de Italia, pero una primera estimación de las tarifas muestra un empuje alcista de precios.
«Un vuelo internacional cuesta un 103% más y dispara el precio. Alimentos, energía y vacaciones también aumentan de manera fuerte», señala Furio Truzzi, presidente de Assoutenti, institución sin ánimo de lucro para la protección del consumidor.
De igual manera, Truzzi catalogó la situación general como «Precios fuera de control».
Sin embargo, los datos de la italiana ENAC (Autoridad Nacional de Aviación Civil), destacan cómo los ciudadanos en Italia han vuelto a volar. Sostienen que en 2021 hubo un aumento del tráfico aéreo del 52,5 % con respecto a 2020, aunque se presentó una disminución significativa de los vuelos a Italia (-58,1 %) con respecto a 2019, el último año antes de la propagación de la COVID-19.
¿Qué medida están tomando los ciudadanos ante el alto precio de las vacaciones?
Dejando atrás –al menos de momento– el coronavirus, las ganas de vacaciones de ciudadanos que residen en Italia son grandes. Eso lo saben los operadores del sector turístico, quienes irradian confianza por todos lados.
Los empresarios dedicados al rubro señalan que los residentes alquilan espacios vacacionales como una villa de uso exclusivo que lo pagan entre amigos o familiares.
Esos espacios están ubicados en las zonas de campo, pero al mismo tiempo cerca de los centros de interés artístico o del mar. Pues, todos ellos son lugares donde pueden descubrir nuevos lugares a precios asequibles.
Empresas como Airbnb, agencias de viajes, Confturismo, Federconsumatori, Federalberghi, confirman los aumentos de reservas, pero también el aumento de los precios. Asimismo, resaltaron que, pese a ello, muchos destinos en Italia ya fueron separados para mediados de agosto.
En definitiva, tras dos años de dificultades por la pandemia, las ganas de vacaciones van a dominar, pero el ciudadano tendrá que hacer bien sus cuentas para no organizar vacaciones por encima de sus posibilidades.