Las autoridades francesas han endurecido su política migratoria sobre todo en su frontera con Italia. Largas colas de vehículos se están formando los últimos días en las carreteras que dividen ambos países. En especial de Italia hacia Francia.
Los controles vehículo a vehículo se están llevando a cabo por parte de la policía migratoria francesa. Centenares de agentes nuevos han llegado al territorio limítrofe.
Recordemos que esta problemática comenzó cuando Italia no recibió al Ocean Viking, barco lleno de inmigrantes ilegales que tenía la intención de desembarcar en Italia. Meloni derivó la responsabilidad de acoger a los migrantes a Francia con la intención de hacer respetar un acuerdo firmado por varios países de la UE con respecto a estas situaciones. Esto ante la sobrepoblación de ilegales en el país de la bota. Francia no se lo tomó de la mejor manera. Pero finalmente permitió que los inmigrantes desembarcaran.
«Italia no está cumpliendo un compromiso que es fundamental para el mecanismo de solidaridad europeo», decía el portavoz del ejecutivo francés.
Por su parte los presidentes de ambos países han insistido mediante un comunicado la importancia de las relaciones entre sus naciones.