Abuso de poder, impago, entre otros, son algunos de los motivos por los que un trabajador tiene la posibilidad de denunciar a su empleador
Denunciar al empleador resulta ser una situación engorrosa y muchas veces complicada para los trabajadores, puesto que no desean verse envueltos en ningún tipo de situación que perjudique su reputación para posteriores empleos. Sin embargo, existen oportunidades donde el trabajador toma la decisión de hacer una denuncia debido a diferentes situaciones en donde se ha visto perjudicado no solo en su espacio laboral sino también en el personal. A continuación, cuáles son los motivos por los que un trabajador puede denunciar a su empleador en Italia.
Un trabajador puede denunciar a su empleador por acoso laboral, esto quiere decir, por todas aquellas conductas persecutorias, ejercidas sistemáticamente en el lugar de trabajo por compañeros o superiores, quienes tienen por objeto excluir/perjudicar al trabajador. Los elementos constitutivos del hostigamiento laboral son:
- Conductas de carácter persecutorio y con intención vejatoria sistemáticas y prolongadas en el tiempo.
- El hecho perjudicial para la salud, la personalidad o la dignidad del trabajador.
- EL nexo de causalidad entre las conductas descritas y el daño sufrido por la víctima en su integridad psicofísica y/o dignidad.
Asimismo, el trabajador que ha sido víctima de impago de salario tiene la posibilidad de realizar su denuncia ante la inspección territorial del trabajo más cercana, la cual tendrá la obligación de proceder a esclarecer los hechos denunciados. Si además el trabajador desea recibir protección por el pago de horas superiores a las trabajadas, debe seguir los siguientes pasos:
- Elaborar una declaración de sus derechos a través de una asociación sindical o un asesor laboral.
- Ponerse en contacto con la inspección de trabajo local más cercana donde trabaja.
- Solicitar que se proceda con una advertencia de evaluación.
En el primer caso, si la inspección del trabajo consta de diferencias salariales a favor del trabajador, notifica el pago al empleador y si éste no paga en el plazo de 30 días o no se opone con recurso, el requerimiento adquiere fuerza ejecutiva, o sea, tendrá el mismo valor que una sentencia y el empleador estará obligado a pagar la cantidad que en ella se indique.
La explotación laboral también es uno de los delitos más graves que un empresario puede cometer y que es sancionado con una pena de prisión de uno a seis años y multa de 500 a 1.000 euros por cada trabajador explotado. El nuevo delito de explotación laboral castiga a la persona que explote a los trabajadores aprovechándose de su estado de necesidad. En ese sentido, la ley establece que se entiende por explotación de los trabajadores:
- El pago reiterado de salarios en forma manifiestamente distinta a los convenios colectivos nacionales o territoriales estipulados por las organizaciones sindicales.
- La violación reiterada de la legislación relativa a las horas de trabajo, los periodos de descanso, las semanas de descanso, las licencias obligatorioas y las vacaciones.
- La existencia de violación de las normas sobre seguridad e higiene dentro del trabajo.
- Someter al trabajador a condiciones de trabajo, método de vigilancia o situaciones de vivienda degradantes.
Basta que exista uno de esos índices para considerar que existe un delito cometido por el empleador o intermediario. Para los casos más graves de explotación en el trabajo si se ha visto obligado a aceptar las condiciones desventajosas por un estado de necesidad, es posible demandar penalmente a quienes ganen dinero en su condición de debilidad.