No está prohibido pedirle a un empleado que trabaje horas extras. Siempre que se cumplan dos condiciones: que realmente se trate de «horas extras», es decir, que no se vuelva un hábito o un patrón, y que esas horas adicionales se paguen aparte de acuerdo a la legislación italiana vigente. Si por el contrario tu jefe mete todo dentro del mismo saco (horas extras y horas habituales), ¿en qué momento tienes derecho a reclamar por horas extras?
Empecemos por lo fundamental: el tiempo extra es lo que el empleado hace más allá de las 40 horas normales por semana. Algunos jefes te hacen trabajar un número menor de horas por semana y, por lo tanto, definen las horas extras como el trabajo que se extiende más allá de tus horas habituales pero dentro del límite de 40 horas. No obstante, también se contemplan recargos por estas horas adicionales, no te dejes engañar.
No es legítimo solicitar horas extras cuando el trabajador labora un máximo de 48 horas semanales en las empresas en las que se aplique un convenio colectivo que regule las horas extras. ¿Y si has estado trabajando durante años dentro de lo que se considera «horas extras» y nunca lo supiste?
La regla general dice que el plazo de prescripción para poder pedir el pago de las horas extras atrasadas es de cinco años. El plazo de prescripción para reclamar las horas adicionales cuenta desde la culminación de la relación laboral y no desde el mes en que los honorarios del empleado no han sido pagados. Mucho ojo con ello.
¿Y cómo probar esas horas extras luego de años de haber dejado ese trabajo? Podría pensarse que exigir el pago de estas horas puede resultar complicado. Sin embargo, según las autoridades judiciales en Italia, un solo testimonio de un colega es suficiente para confirmar las razones del trabajador solicitante.