Hasta diciembre de 2023, solo un tercio de los extranjeros obtuvieron contratos y documentos
Desde hace aproximadamente dos años, las solicitudes de ingreso a Italia por motivos de trabajo superan con creces las cuotas establecidas por el gobierno. Sobre ello, solo el 30% de ellas es examinada relegando a miles de personas que no logran ingresar al país incluso con un visado.
En comparación con las solicitudes presentadas durante 2022 y 2023, las autorizaciones emitidas son inferiores a las plazas disponibles. Esto quiere decir que, un numero importante de solicitudes no llega al segundo paso del procedimiento de ingreso, es decir, la expedición de autorización.
Sin embargo, el procedimiento requiere que el empleador cuya solicitud esté incluida en las cuotas de entrada, reciba del Sportello Unico Immigrazione la autorización para trabajar y entrar en Italia de la persona que desea contratar.
En ese sentido, en 2022 de 55.013 autorizaciones emitidas, todavia existen 3.183 que aun no han entrado a Italia a pesar de haber recibido un visado. De la misma manera ocurre con las solicitudes para 2023, solo hasta agosto pasado de 65.662 autorizaciones concedidas, 19.082 personas todavía no habían ingresado al país.
Actualmente, lo más preocupante es que la relación entre las cuotas establecidas y los contratos de residencia efectivamente firmados es muy baja para los dos años: la tasa de éxito en 2022 es del 30% para el canal estacional y el 26% para el canal no estacional.
Finalmente, respecto a la distribución territorial, autorizaciones emitidas y contratos firmados, existe una diferencia de tendencia a nivel regional y mayor eficacia del procedimiento en las provincias del norte. En ese sentido, el 30% de autorizaciones se transforman en contratos de residencia, seguidas del centro con el 17% y el sur con poco más de 12%.