El objetivo es que una cantidad de extranjeros llegue a Italia luego de haber realizado este tipo de actividades en su país de origen
El artículo número 23 del Decreto Flussi prevé la posibilidad de reservar una tarifa de entrada para extranjeros no comunitarios y no residentes en Italia que hayan concluido programas de formación y educación dentro de su país de origen.
En la mayoría de casos se trata de proyectos que tienen como meta proporcionar la preparación y formación profesional, cívica y lingüística a los sujetos extracomunitarios antes de su partida a Italia para realizar labores o cubrir puestos de trabajo. En ese sentido, la organización de estos programas y cursos corresponde a los entes locales, tanto regiones o provincias autónomas y otros entes, no obstante, también asociaciones que trabajan en el sector de la inmigración, Universidades, organizaciones empresariales civiles sin ánimo de lucro, etc.
Para poder participar en los programas de formación se debe respetar la legislación italiana y también la del país de referencia. Asimismo, los sectores económicos en donde suelen organizarse estos programas formaticos son: agricultura, jardinería, agroalimentación, construcción, logística, turismo y restauración. Una vez concluido el programa de formación, se programa un examen final. Allí el objetivo es:
- Asegurarse de que el candidato haya alcanzado un nivel lingüístico de al menos A1 en italiano, con la liberación de un certificado oficial.
- Después de asistir al menos al 80% de cursos y lecciones, un examen final con prueba escrita, prueba practica y prueba oral cuya aprobación le permite obtener un certificado de asistencia que indica las habilidades adquiridas.
Una de las mayores ventajas de realizar programas de formación es que la superación de los cursos permite que quienes aprueban pueden acceder a ofertas laborales en Italia con el consiguiente permesso di soggiorno.