Numerosos eventos públicos tienen lugar: desfiles militares, comidas en la ciudad, bailes, fiestas y muchos fuegos artificiales increíbles.
Todos los años desde 1880, la República de Francia celebra el “Día de la Bastilla” o “Día Nacional” a mediados de julio, exactamente cada 14, pero, ¿qué exactamente significa la celebración? ¿Cómo se eligió el día? Sobre todo, ¿con quienes lo celebrarán?
Es un día de celebración de la cultura francesa. Numerosos eventos públicos tienen lugar: desfiles militares, comidas en la ciudad, bailes, fiestas y muchos fuegos artificiales increíbles. Pero, ¿qué hacen realmente los franceses ese día?
Son tantas interrogantes, pero la primera respuesta es que los ciudadanos latinos residentes en Francia formarán parte de las ceremonias.
Según medios, «los latinoamericanos son una franja minoritaria entre los 5 millones de inmigrantes residentes en Francia (un 7,7 % de la población). Casi el 50 % procedente de África y el 30 % de Europa. Menos del 6 % viene del continente americano».
Sin embargo, a pesar de que ha ido disminuyendo durante las últimas décadas, han demostrado ser una comunidad muy activa. Muchos de ellos comparten los colores de la bandera de Francia mediante una especie de escarapela colgada en el pecho, simbolismo propio de sus lugares de origen.
¿Cuál es el origen del “Día de la Bastilla”?
La raíz de la conmemoración surgió un 14 de julio de 1789, cuando la Bastilla (fortaleza medieval y la antigua cárcel principal de París) fue tomada por las tropas revolucionarias y se convirtió en el símbolo de la revolución francesa.
La historia señala que en esa época la población parisina estaba agitada por el miedo a las tropas que vigilaban la capital, y por la preocupación de la escasez de alimentos que hizo volar el precio del pan. Entonces, manifestaciones espontáneas se extendieron por las calles y provocaron heridos. También se incendiaron establecimientos como el convento de San Lázaro, saqueado porque se sospechaba que albergaba granos de trigo.
Mientras las horas pasaban, la multitud comenzaba a reunirse frente a la fortaleza. El marqués francés Bernard de Launay ordenó a los vigilantes que abrieran fuego contra los civiles, pero no fue suficiente para detener a la horda de ciudadanos, quienes hicieron rendir a los soldados de la Bastilla.
Ya cuando llegaron las 5 de la tarde del mismo día 14, los manifestantes interrumpieron el lugar, se apoderaron de las armas, liberaron a prisioneros. Para ese entonces, el número de muertos eran cien, pero se sumaría dos más, Launay, quien fue asesinado tras cortársele la cabeza, y Jacques de Flesselles, el “alcalde”. No obstante, el Rey de Francia, Luis XVI, se enteró de lo sucedido a la mañana siguiente.
Un año después a ese importante acontecimiento, las autoridades aceptaron la propuesta de conmemorar cada 14 de julio el “Día de la Bastilla”, vista como una oportunidad para celebrar la unión de todo el pueblo francés.
¿Qué tipo de celebraciones se realizan por el aniversario?
Se organiza un gran desfile militar en París en los Campos Elíseos. El desfile militar de París se lleva a cabo desde 1880, excepto durante la Segunda Guerra Mundial. Es un gran espectáculo al que asisten miles de personas.
Hombres y mujeres de diferentes unidades, incluidos los cadetes de la escuela militar, la fuerza marítima francesa, la legión extranjera participan de la parada militar. El desfile termina con el cuerpo de bomberos de París.
De igual manera aviones militares vuelan sobre el cielo mientras se desarrolla el evento. El presidente francés es quien abre la conmemoración e inspecciona las tropas. Al caer la noche, todas las principales ciudades de Francia, e incluso los pueblos más pequeños, lanzan fuegos artificiales.
Por supuesto, los ciudadanos latinos también participan del aniversario nacional de ese país, muchos de ellos se reúnen en la Torre Eiffel, cerca de las once de la noche. Tradicionalmente, asisten alrededor de un millón de ciudadanos entre peruanos, colombianos, chilenos, argentinos, mexicanos, salvadoreños y otros latinos a fin de compartir espacio y celebración con los propios franceses.
Por otro lado, cuando la pandemia de la COVID-19 sorprendió a todo el mundo, Francia no dejó de conmemorar su Día Nacional. Muchos franceses y latinoamericanos que habitaban en el territorio miraron el desfile por televisión. Luego, se reunían para una cena entre amigos o familiares.
Mucho de los platillos eran barbacoas caseras, pues, las reservas a restaurantes y actividades que se realizaban en la ciudad ya no podían darse por temas de salud pública.
¿Tienen cosas en común los franceses y los latinos?
¡Por supuesto!
A los franceses les encanta bailar y se ve reflejado en los pueblos de todo ese país, ellos organizan competiciones, juegos para los niños. También ferias para los ciudadanos que residen en cada una de sus regiones ya que usualmente los establecimientos suelen cerrar sus puertas.
Sin embargo, las panaderías y algunas tiendas parisinas, así como los puestos en los aeropuertos y estaciones de tren o junto a las carreteras principales pueden estar abiertos porque muchos ciudadanos provenientes de América del Sur, Centro y Norteamérica (México) trabajan en esos lugares aprovechando las festividades.
Determinar cuántos latinoamericanos residen en cada parte de Francia resulta muy complicado, pero podemos darnos una idea de los millones cuando se concentran en evento como este, demostrando el respeto a la historia del país que los alberga. Más allá de que la mayoría arribó hasta esa parte de Europa en busca de una mejor calidad de vida, la cultura y virtudes de los ciudadanos franceses los han llevado a compartir la lucha y unión entre “hermanos” e identificarse ante las grandes necesidades.