La ley establece que la residencia sí puede fijarse en el lugar que se prefiera, sin embargo, es necesario que coincida con la residencia habitual
La declaración de una residencia falsa puede parecer inofensivo, no obstante, en realidad conlleva a importantes riesgos legales. Esta falsa declaración se puede producir cuando una persona indica como residencia habitual una vivienda distinta en la que realmente vive.
Declarar una residencia falsa puede constituir un delito de falsa ideología, previsto en el art. 483 del código penal. Este delito se manifiesta cuando una persona en el curso de una declaración hecha a un funcionario público y afirma falsamente un hecho que no está totalmente comprobado. Para ello, la sanción prevista es de prisión de hasta dos años.
Los riesgos en concreto para quienes declaran una residencia falsa, además de una condena por el delito de falsa ideología, también puede incurrir en sanciones administrativas y fiscales. Para no caer en ello, es importante declarar con la veracidad y corrección de domicilio, es decir, el lugar donde se vive la mayor parte del año.
Es importante tener en cuenta que el delito de falsa ideología solo se produce si la declaración falsa se hace en escritura publica que tiene eficacia fehaciente, o sea, que tiene la función de probar los hechos atestiguados.