Los y las badantes provenientes de Latinoamérica se han ganado una reputación positiva en Italia, debido a sus habilidades, formación y dedicación en el cuidado de adultos mayores. Este fenómeno no es casualidad, sino el resultado de una combinación de factores culturales, emocionales y prácticos que hacen que estas trabajadoras sean valoradas y demandadas en el país europeo.
En primer lugar, la cultura latinoamericana tradicionalmente otorga gran importancia al cuidado de los ancianos dentro de la familia. En muchos países de la región, se mantiene la costumbre de que los hijos se encarguen del bienestar de sus padres en la vejez, lo que implica un sentido de responsabilidad y respeto hacia los mayores. Esta predisposición cultural se refleja en la actitud de las cuidadoras latinoamericanas, que tienden a ser empáticas, afectuosas y pacientes, cualidades esenciales para atender a personas mayores.
Además, muchas cuidadoras de Latinoamérica poseen una sólida formación en enfermería y cuidado de personas de la tercera edad, lo que les permite no solo brindar apoyo emocional, sino también asistencia médica básica. La experiencia práctica que adquieren en sus países de origen es altamente valorada en Italia, donde la demanda de cuidadores calificados es cada vez mayor debido al envejecimiento de la población. Este factor convierte a las cuidadoras latinoamericanas en una opción confiable y capacitada para las familias italianas.
Otro aspecto que resalta a las cuidadoras de ancianos latinoamericanas es su capacidad de adaptación. Muchas de ellas emigran a Italia buscando mejores oportunidades laborales y logran integrarse rápidamente a la cultura italiana. Al compartir valores familiares similares, logran generar un ambiente de confianza y cercanía, lo que facilita la comunicación y el entendimiento con las familias italianas.
Finalmente, el idioma no representa una barrera insuperable. Aunque el español y el italiano son lenguas diferentes, ambos pertenecen a la misma familia lingüística, lo que permite que las cuidadoras latinoamericanas aprendan italiano con relativa facilidad. Esta capacidad de comunicarse de manera efectiva es esencial para brindar una atención de calidad y fortalecer el vínculo con las personas mayores a las que cuidan.