Los hospitales italianos han estado sobresaturados durante los últimos 3 años a causa de la emergencia de la covid-19, pero ahora ha aparecido una nueva pandemia que está afectando el sistema sanitario nacional.
El coste de la energía y el gas ha aumentado considerablemente debido a la crisis internacional, no solo para las familias y las empresas, sino también para el Estado, y en particular para el sistema sanitario.
Por ejemplo, el hospital Cardarelli de Nápoles es el más grande e importante al sur de Italia. Hace apenas dos semanas, este hospital recibió una factura energética de 11,5 millones de euros, lo que supone un aumento del 100% respecto a la factura anterior de 5,6 millones de euros.
Se prevé que para los hospitales y organismos sanitarios en general, los costes adicionales de energía en 2022 ascenderán a 1.500 millones de euros. ¿Italia tiene cómo pagar estos consumos eléctricos?
Y lo peor del caso es que los hospitales no pueden optar simplemente por no usar energía y ahorrar costos. Sus necesidades esenciales frenan esa posibilidad. La asistencia a los pacientes debe ser constante, al igual que el consumo de energía, y algunos centros han encontrado formas alternativas de obtener el suministro eléctrico que necesitan. Los paneles solares han sido una buena salida ante los excesivos recibos de luz.ha l