El día de hoy en Conquista Latino, se hablará de Giuseppe Garibaldi, un hombre que para Italia significó mucho por lograr algo que muchos intentaron, pero que él consiguió: unificar a toda Italia. Quédate en esta nota para saber más de él.
Giuseppe Garibaldi fue un nacionalista italiano que nación en 1807 en la ciudad de Niza. Durante su juventud, siguió los pasos de su padre, quien fue un marino de origen genovés. Se enlistó en la marina y para 1832 consiguió el título de capitán de buques mercantes.
Durante ese tiempo en el que trabajaba para la marina, formó parte de un motín republicano en Piamonte que fracaso y, posteriormente, lo condenó al exilio. Entes fue que decidió ir a vivir a Sudamérica.
Regreso del exilio
Participó en varios acontecimientos bélicos entre 1836 y 1848 por la libertad o independencia de las colonias españolas y portuguesas. Por ejemplo, 1842 la flota uruguaya y Garibaldi como su capitán, se enfrentaron en una lucha al dictador argentino Juan Manuel de Rosas. Al año siguiente, en Montevideo, organizó una legión militar italiana, cuyos miembros fueron los primeros “camisas rojas” para la defensa de la ciudad.
Sus hazañas militares y su perfil como estratega llegaron hasta oídos de Europa, donde regresó en 1848 para luchar en Lombardía contra el ejército austriaco. Ese fue su primer paso para la unificación de Italia. Para finales de ese año, el papa Pio IX abandonó Roma, temiendo por las fuerzas liberales y Garibaldi, junto a un grupo de voluntarios, se dirigieron a la capital.
En febrero de 1849 fue elegido como diputado republicano y defendió Roma para que sea una república independiente ante un ejército francés que buscaba restablecer la autoridad del papa. El 1 de julio, el ejército de Francia asaltó Roma y Garibaldi no tuvo más opción que huir a San Marino. Una vez más, fue condenado al exilio y regresó al nuevo continente para volver a trabajar como capitán de buque mercante.
Segundo regreso del exilio
El conde de Cavour, Camillo Benso, fue nombrado primer ministro de Piamonte en 1852 en el reinado de Víctor Manuel II. El conde pensó, que, si permitía a Garibaldi volver a Italia, se alejaría del republicano Mazzini. Fue entonces que Camillo le concedió a Garibaldi el mando de las fuerzas piamontesas con las cuales logró vencer a las fuerzas austriacas en Varese y Como y entró en Brescia. Después, el Reino de Lombardía se apropió del Piamonte, unificando así, el norte de Italia.
Decidido a ir a por el centro de Italia, fue detenido por el rey Víctor Manuel II, quien le pidió abandonar el proyecto de unificación. Garbaldi, leal a su rey, aceptó la petición. Sin embargo, la cesión de Niza y Saboya a Francia por parte del rey hizo que Garibaldi se sienta traicionado por este y decidió actuar por cuenta propia.
Como sabía que no podía llegar a un acuerdo por el norte, Garibaldi decidió conquistar el Reino de Nápoles y se la otorgó al rey Víctor Manuel II, quien se proclamó rey de Italia. Gracias a Garibaldi, la unificación de Italia fue posible y es lo que es a día de hoy.