Si se trata de una indemnización por daños personales es importante saber el tipo de daño causado
La indemnización por daños y perjuicios es un derecho que se otorga a las víctimas o acreedores para exigir al causante del daño o deudor una cantidad de dinero equivalente a la cuantía del incumplimiento o el mal ocasionado. Estas personas tienen derecho a una indemnización por responsabilidad contractual cuando se incumple un contrato y responsabilidad extracontractual cuando se produce un daño.
Dentro del entorno laboral, es importante tener en cuenta los tipos de indemnización por daños y perjuicios. Entre los más importantes se encuentran:
- Laborales, que son las lesiones causadas por accidentes de trabajo.
- Acciones entre particulares por actuaciones negligentes o dolosas.
- Daños causados por la forma de actuar de la administración.
- Lesiones y daños ocasionados por accidentes de vehículos.
- Daños y perjuicios ocasionados por relaciones mercantiles.
En ellos, los que se indemnizan son: los daños morales, personales y materiales. Entre los que están:
- Los daños patrimoniales: son aquellos que representan una pérdida económica para el afectado.
- El daño emergente: está representado por una pérdida efectiva en el patrimonio que tiene el afectado.
- El lucro cesante: se trata del beneficio económico que alguien deja de recibir a causa de un daño ocasionado.
- Los daños morales o no patrimoniales: son los que padece una persona que afecta sus atributos y facultades espirituales o morales. Esto causa un dolor o molestia en los sentimientos o su sensibilidad física, afectos o creencias.
Para acceder a un pago por daños y perjuicios, el trabajador debe tener la documentación que pruebe haber sido afectado. Finalmente, cuando se trata de una indemnización por daños personales se requiere: el ingreso mensual del afectado, así como su edad y el tipo de daño ocasionado.