El hecho generó indignación y la CSL (Confederación Italiana de Sindicatos de Trabajadores) lo calificó como un atropello
Gran controversia causó una imagen en la que se ve un grupo de trabajadores almorzando sentados en las afueras del almacén de Ikea en Le Mose en Piacenza. Esto ocurrió porque la empresa impuso una regla que consiste en que quienes no dispongan del Green Pass no podrán comer en los espacios de la institución, incluidos los centros de descanso, por lo que ese grupo de colaboradores se vio en la obligación de salir a las calles para consumir sus alimentos en su hora libre.
Ante esta situación, el CISL (Confederazione Italiana Sindacati Lavoratori) condenó el suceso: «El Ministerio impone el Green Pass en lugares donde hay administración, y la empresa ha extendido la interpretación de manera restrictiva, además redujo el tiempo de entrada al comedor, antes de tres horas, de 11 a 14, ahora una hora, de 12 a 13”, declaró su representante Salvatore Buono.
El CISL también observó que Ikea tiene 1200 empleados y según sus investigaciones mas de la mitad no están vacunados, la gran mayoría de ellos extranjeros. Es por ello que propusieron que se implemente una caravana de vacunas afuera del almacén.