El 12,7% de los estudiantes no se gradúan porque abandonan antes de tiempo sus estudios. Esta alarmante cifra refleja la cruda realidad en Italia, donde la organización Save the Children ha publicado su más reciente informe analizando y, sobre todo, desnudando las enormes deficiencias del sistema educativo primario en Italia.
Los resultados de evaluar la calidad educativa en Italia han reflejado, por ejemplo, que el 23,1% de los jóvenes de 15 a 29 años se encuentran en el limbo, lejos de cualquier futuro laboral o educativo. De hecho, el número de jóvenes que no trabajan ni estudian en Italia es el mas álto de la Unión Europea, y más del doble que en Francia y Alemania.
La reapertura de las escuelas luego de las olas mortales de la covid-19 han dejado de manifiesto las tareas pendientes del Gobierno italiano, pues se han hallado algunos déficits en cuanto a espacios, servicios y tiempos educativos. La conclusión es previsible: donde la pobreza infantil es mayor, la escuela es más pobre y privada de infraestructura.
Sin ir muy lejos, las regiones donde el abandono escolar es más prematuro son Sicilia (21,1%), Puglia (17,6%), Campania (16,4%) y Calabria (14%). Y se debe fundamentalmente a la infraestructura que puedan ofrecer ciertas zonas de Italia a sus jóvenes estudiantes. Esto va desde mayor cantidad de colegios, hasta los números de comedores, gimnasios y computadoras que pueda haber en cada centro educativo. En los lugares donde se carezca de infraestructura, es donde, con certeza, encontraremos deserción.
Y es que la situación es tan preocupante que ante la falta de oferta estudiantil, los niños y adolescentes no tienen dónde acudir a realizar sus estudios básicos. Por eso, señala Save the Children, una adecuada oferta de espacios y tiempos educativos puede contribuir efizcamente a reducir las desigualdades educativas.
La organización, finalmente, pidió al próximo nuevo gobierno que realice una inversión extraordinaria que comience en lugares con alta densidad educativa donde las zonas sean las más pobres. Eso se puede llevar a cabo, por ejemplo invirtiendo el 5% del PIB, que supondría un presupuesto de 93 mil millones de euros. Quedará en manos de los políticos tomar cantas en el asunto.