La policía encontró inmigrantes chinos y paquistaníes en condiciones degradantes y empleados sin ningún tipo de contratos, puesto a que la mayoría se encontraba sin documentación y eran obligados a comer y dormir dentro de las fábricas. Las vulneraciones al código ético fueron constantes, puesto que también los trabajadores empleaban maquinaria con dispositivos de seguridad eliminados intencionalmente. Además, estaban expuestos a productos químicos potencialmente peligrosos y se les negaba exámenes médicos.
Es por ello que, un tribunal italiano ha puesto bajo administración judicial de un año a Giorgio Armani Operations, el brazo industrial del grupo de moda italiano Armani. Según un fallo de 31 páginas, los jueces de Milano acusaron a la empresa de subcontratar la producción a empresas chinas que explotaban a sus trabajadores. Durante este período, la compañía seguirá funcionando, pero bajo el mando de un administrador designado judicialmente.
Según la sentencia, Giorgio Armani Operations habría subcontratado la producción de bolsos, cinturones y artículos de cuero a dos empresas, que a su vez subcontrataron el trabajo a cuatro compañías chinas cuyos talleres se encuentran a las afueras de Milano. Las empresas solamente pagaban entre dos y tres euros por hora para que laboren una media de 10 horas al día y en algunos casos hasta siete días a la semana. Dichos artículos luego eran vendidos a subcontratistas de Armani por el precio de 93 euros y posteriormente se revendían a Armani por el precio de 250 euros. En las tiendas, estos precios se elevaban hasta alcanzar los 1.800 según informa Reuters.
En un comunicado, Armani asegura que había tomado medidas de control y prevención para minimizar los abusos en las cadenas de suministro. La firma de moda asegura también que trabajará con las autoridades para aclarar los hechos. La decisión forma parte de la investigación que desde hace años está llevando la Fiscalía de Milano acerca de la subcontratación de la producción por parte de grandes grupos de moda y otros sectores a empresas que aparentemente explotan a sus trabajadores.
Según la consultora Bain, en el país europeo miles de pequeños fabricantes cubren entre el 50% y el 55% de la producción mundial de ropa y artículos de lujo frente al 20% o 25% del resto de Europa.