La gran falta de importar combustibles fósiles, provocó que vuelva a salir a la luz el proyecto EastMed Poseidon como alternativa en Europa.
Se trata de un oleoducto que había sido anunciado en el 2016. Incluye un oleoducto de 600 km desde Israel hasta Chipre, después unos 700 km hasta Creta, para después ir al Peloponeso y luego a Salento.
El proyecto se había gestionado como el más largo de la historia de los gasoductos, también como el más caro. Recorre en total 1.900 kilómetros de largo y ya tenía un acuerdo para comenzar su construcción en enero del 2020. Sin embargo, debido a la pandemia del covid-19, el proyecto terminó paralizado.
Idas y vueltas
En marzo del 2021, la Israel Natural Gas Lines Company y la IGI Poseidón, se comprometieron a trabajar en el diseño y desarrollo de la integración del gasoducto con la red de gas de Israel. Esta fase se debió completar en el 2022, pero se tuvo que dar un paso atrás por el gasoducto Tap. Resulta que aquel gasoducto funciona en Otrato, el punto de salida que se previa usar para el EastMed.
Después, el Ministerio de Transición Ecológica de Italia decidió catalogar al proyecto Poseidón como necesario previó culminar el proyecto en 2025. Sin embargo, el curso del proyecto cambió nuevamente.
Esto pasó por el cambio de gobierno estadounidense: el expresidente, Donald Trump, era el auspiciador del megaproyecto. Sin embargo, al entrar Biden, el proyecto fue truncado por su administración. La causa de esto fue para eliminar las tensiones que había en las rutas del gas en el mediterráneo, sobre todo con Turquía.
Con la guerra en Ucrania en curso y con la necesidad de reducir la dependencia del gas ruso, la situación puede cambiar otra vez. El subsecretario de Asuntos Exteriores del Departamento de Energía de EE. UU declaró: “Después de los últimos acontecimientos, tomaremos una nueva mirada a todo…. No se trata solo de la transición verde, sino también de la transición fuera de Rusia”.