Una mezcla de apatía y ansiedad se apodera del estado de ánimo general en Italia de cara a las elecciones generales de este domingo. Son los últimos días de campaña, pero en Roma, la capital italiana, parece que la gente tiene pocos ánimos de acercarse a las urnas.
Así lo comprobó un medio extranjero que entrevistó a diversas personas de a pie. En medio de los temores de una inminente crisis energética y una recesión económica, muchos demuestran estar preocupados por los efectos desestabilizadores de estas elecciones tan polarizadas.
Según los sondeos, una coalición de derechas liderada por Giorgia Meloni va camino de ganar. Haber tomado distancia a su partido, Hermanos de Italia, de sus raíces fascistas, parece haber convencido a varios de que seguirá las políticas moderadas de centro-derecha.
Enfrente tiene a Enrico Letta, que cree que solo disfrazan su extremismo. Sin embargo, el bloque de la izquierda está dividido tras su ruptura con el movimiento Cinco Estrellas y ha avanzado de manera constante en el segundo puesto en todas las encuestas.
También es cierto que en los últimos sondeos publicados en las primeras semanas de septiembre se muestra que alrededor del 35% de los italianos no quieren volver a las urnas, una tendencia que, de confirmarse, podría situar la participación en un mínimo histórico, según los analistas.
Aunque si bien es innegable que la tendencia de las encuestadoras sitúan a Meloni a la cabeza, lo cierto es que la volatil campaña electoral italiana podría definirse fácilmente el mismo 25 de setiembre.