La Autoridad Reguladora de Redes de Energía y Medio Ambiente (Arera) ha actualizado el coste de la electricidad para el último trimestre del año en Italia, con una subida del 59% que llevará el gasto de una familia promedio a 1.322 euros, más del doble de los 632 euros que se registraron en el 2021.
A la espera de datos oficiales, es posible estimar lo que las familias tendrán que afrontar para calentar sus hogares, cocinar y tener agua caliente durante el próximo invierno. Y las cifras son preocupantes. El presidente de Arera, Stegano Besseghini, en sus declaraciones públicas afirmó que «no hay que esperar una duplicación del precio del gas» porque «estamos en una fase de reposicionamiento y, si se confirmara esta tendencia, la alineación con los precios de las variaciones fijadas para el último trimestre sería decididamente más controlable», aseveró el funcionario.
El detalle es que el aumento, así sea pequeño, se sentirá considerablemente en comparación con los niveles ya elevados. ¿Qué tan cierto es esto? La think tank «Ecco» ha calculado las subidas de precios en comparación con el gasto en invierno 2019-2020, el precovid y el conflicto entre Rusia y Ucrania. Ante la imposibilidad de hacer previsiones respecto al precio del gas este invierno, se ha utilizado los datos que tenemos en este momento: el consumo de los hogares, según el tamaño de la vivienda (110, 70 y 38 metros cuadrados) en ciudades típicas como Milán, Roma y Palermo. Los resultados son de pronóstico reservado.
En septiembre de 2019, el gas costaba 13 euros por megavatio hora. En septiembre de este año, vimos cómo el precio empezó superando los 200 euros por megavatio hora, para luego bajar en la segunda mitad del mes hasta un mínimo de 80 euros en la sesión de negociación (lo que llevó incluso a exportar a Europa).
La comparación 2019-2022 deja claro lo importante que será el aumento de precios, a pesar de los más de 50.000 millones de euros desplegados por el Gobierno para apoyar a los hogares y las empresas. Si los precios se mantienen en torno a sus valores actuales, el apoyo del Estado para contener la crisis no contribuirá a reducir el gasto energético de los hogares.
Por ejemplo, en Milán, para calentar, cocinar y producir agua caliente en el periodo noviembre-marzo en una vivienda de 70 metros cuadrados de clase energética G (en la que se encuentra la gran mayoría de los inmuebles) se gastarán unos 1.540 euros más que en el mismo periodo precovid 2019-2020.
«Si en enero de 2021 una familia milanesa gastaba unos 7 euros al día para calentar su casa de 70 metros cuadrados, este invierno gastará 21 a pesar de las intervenciones del Gobierno. Tres veces más», asegura la think tank «Ecco».