El ministro del interior francés Gérald Darmanin junto con el ministro de trabajo Olivier Dussopt, anunciaron esta semana que regularizarán a los inmigrantes sin papeles que estén buscando oportunidades laborales en sectores necesitados como la construcción, restauración o agricultura.
Dicho proyecto de ley para inmigrantes deberá ser presentado ante el parlamento las próximas semanas. Controversial propuesta ya preocupa a las fuerzas de derecha del país porque consideran que sobre exigirá la capacidad de respuesta del país galo ante la llegada de estos extranjeros.
Para calmar a los detractores de la ley el gobierno ya tiene preparado en el proyecto políticas más duras de expulsión para aquellos extranjeros que lo ameriten. Por ejemplo, los que tienen expirado su visado serán puestos en búsqueda por la policía. Otro es el caso de las órdenes de expulsión del país, el gobierno tiene la intención de cambiar el número de deportados, ya que actualmente solo se cumple con el 10% de dichas ordenes.
Esta iniciativa va direccionada sobre todo a la falta de personal para copar los puestos de construcción, hostelería y otros sectores. Teniendo en cuenta la cantidad de inmigrantes sin papeles que no pueden trabajar legalmente que hay en el país, no desean que esto siga ocurriendo.
«Hay que ser malos con los malos y amables con los amables», comentó Darmanin.