El informe estima que entre 702 millones y 828 millones de personas padecieron hambre el año pasado.
El aumento en los precios de los alimentos, el combustible y los fertilizantes provocado por la guerra en Ucrania amenaza con empujar a los países de todo el mundo a la hambruna, provocando «la desestabilización global, el hambre y la migración masiva en una escala sin precedentes», advirtió ayer un alto funcionario de la ONU.
David Beasley, jefe del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, dijo que su último análisis muestra que «un récord de 345 millones de personas con hambre aguda está al borde de la inanición». Siendo un aumento del 25% de los 276 millones de ciudadanos a principios de 2022 antes de que Rusia invadiera territorio ucraniano, el pasado febrero. No obstante, el número era de 135 millones cuando la pandemia por COVID-19 no llegaba.
«Existe un peligro real de que suba aún más en los próximos meses», mencionó. «Aún más preocupante es que cuando este grupo se descompone, la asombrosa cantidad de 50 millones de personas en 45 países están a solo un paso de la hambruna», agregó Beasley.
Estudio
El informe, «El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo«, también menciona que el hambre mundial aumentó en 2021, con alrededor de 2300 millones de civiles que enfrentan dificultades moderadas o graves para obtener suficiente comida.
Antes de la guerra, Ucrania y Rusia representaban casi un tercio de exportaciones mundiales de trigo y cebada y la mitad de aceite de girasol. Mientras tanto, Moscú y su aliado Bielorrusia son el segundo y tercer productor mundial de potasa, un ingrediente clave de los fertilizantes.
Frente a ello, Beasley pidió una solución política urgente que permita que el trigo y los cereales ucranianos vuelvan a entrar en los mercados mundiales. Pues, el estudio indicó que el hambre siguió aumentando el año pasado en África, Asia y América Latina y el Caribe. Sin embargo, a un ritmo más lento que entre 2019 y 2020.
«En 2021, el hambre afectó a 278 millones de personas en África, 425 millones en Asia y 56,5 millones en América Latina y el Caribe», comunicó el funcionario.
Cabe señalar que, los objetivos de la ONU, exigen terminar con la pobreza extrema y tener hambre cero para 2030. Sin embargo, las proyecciones indican que el 8% de la población mundial (casi 670 millones de personas), enfrentará hambruna al final de la década.