Movimiento “Black Lives Matter” reavivó situación de los inmigrantes en Italia cuando se conmemoró el fallecimiento del afroestadounidense, George Floyd, en Roma.
La ciudadanía es un tema central en la vida de un país porque se refiere al estatus legal. Eso incluye derechos y deberes de los ciudadanos y construye un vínculo entre la persona y el estado. También tiene una importante función integradora, garantizando la inclusión de los hijos de inmigrantes en el cuerpo de una comunidad nacional.
Ante ello, hace cuatro años, el entonces presidente italiano Sergio Mattarella, afirmó que había que tener respeto por los hijos pequeños de la primera generación de inmigrantes que llegaron a Italia, refiriéndose a la cittadinanza:
«Tenemos el deber de evitar que se sientan excluidos incluso de la comunidad en la que se encuentran y de la que se sienten parte por el idioma, cultura, costumbres, trajes de vida. Dejar de hablar de “segunda generación de inmigrantes”, y hablar de “italianos de otros orígenes”, es una elección valiente, apegada a la realidad, y es también la forma de evitar la creación de bolsas de marginación injustas, siendo la razón principal, pero también son un presagio de peligro», indicaba el mandatario.
Iniciativa ante las autoridades
Sin embargo, desde hace algún tiempo, asociaciones formadas por los mismos hijos de ciudadanos extracomunitarios nacidos o criados en Italia luchan para que una reforma de la cittadinanza en Italia se haga realidad.
En una carta pública dirigida al primer ministro, Mario Draghi, la organización “Italianos sin ciudadanía” escribió que durante años «hemos visto cambiar gobiernos mientras nuestras vidas como italianos sin ciudadanía siguen empantanadas por la ley». Para ello, pidieron al funcionario la enmienda de la ley sobre la ciudadanía italiana en nombre de los muchos «hijos de Italia no reconocidos, nacidos o criados en las ciudades de Italia, y que también representan el presente y el futuro del país y de Europa».
En las distintas legislaturas se ha repetido varias veces el debate sobre una reforma de la cittadinanza en Italia (regida por una ley de hace casi 30 años) adaptada al presente del país, sin encontrar nunca una salida concreta en el Parlamento.
En 2017, llegó al Senado italiano un proyecto que pretendía introducir dos nuevas formas de adquirir la ciudadanía para los hijos menores de padres extranjeros. No obstante, la iniciativa ya se encontraba aprobada por la Cámara de Diputados en el 2015. Aquellas modificaciones eran el “jus soli (criterio jurídico para determinar la nacionalidad de una persona física por su nacimiento)” e “jus culturae (principio de derecho según el cual los menores extranjeros pueden adquirir la ciudadanía del país en el que nacieron o en el que hayan residido)”.
¿Qué sucedió después?
Según un estudio de la fundación italiana Leone Moressa (elaborado sobre datos de Istat y Ministerio de Educación de Italia), había más de 800 mil potenciales beneficiarios de esta reforma que habría tenido «un fuerte impacto en la población del país, reconociendo la ciudadanía de alrededor del 80% de los menores extranjeros residentes».
No obstante, ese proyecto de ley se detuvo en el Palazzo Madama porque no se alcanzó una mayoría política para convertirlo en ley.
Posteriormente, en octubre del 2019, la actual ministra del Interior, Luciana Lamorgese, expuso que la reforma de ciudadanía «era un tema estratégico para el país«.
«Creo que es el momento de dar una respuesta articulada a los muchos niños y jóvenes, nacidos de padres extranjeros residentes permanentemente en Italia, que asisten a nuestras escuelas y son parte integral de nuestras comunidades. Debe madurar en el Parlamento y necesita una amplia mayoría para poder producir una ley compartida y duradera», sostuvo Lamorgese.
De igual manera, en 2021, el hoy diputado italiano, Enrico Letta, enumeró diversas propuestas apoyando el relanzamiento del proyecto de ley del 2017, al declarar:
«Creo que sería una cosa muy importante en esta época del gobierno de Draghi, liderando el país en el que hay menos polémicas», manifestaba el funcionario en el marco de la todavía no ciudadanía automática para los hijos de extranjeros.
Sin embargo, la propuesta recibió inmediatamente rechazos y resistencias de agrupaciones italianas como Lega y Forza Italia. «Solo un ‘marciano’, solo uno que viene de París o Martte, en un país con escuelas cerradas, jardines de infancia cerrados, universidades cerradas, fábricas en dificultades e italianos que tienen problemas de salud física y mental, se ocupa de dar la ciudadanía a los inmigrantes», dijo Matteo Salvini, exministro del Interior.
Mientras tanto, en el presente 2022, la iniciativa de modificar puntos en la cittadinanza, tendrá que seguir a la espera de ser tocada por una agrupación política, Parlamento, Senado o cualquier otra institución que analice la situación en Italia y la compare con la de otros países.