La inflación y el contexto de crisis que se vive en Europa nos ha hecho más pobres a todos. Esto lo notamos cuando nos vimos obligados a aumentar los gastos del hogar, el ajuste de la renta, cuando llegaron las facturas de luz y gas, cuando pagamos el carrito de compras o simplemente la cuenta del restaurante. ¿Cuáles son los efectos que ha generado la inflación en Italia? Aquí te lo contamos.
Comencemos con el fenómeno de las facturas. Muchos de nosotros hemos visto aumento de precios durante algunos meses. Pero lo peor está aún por llegar. Muchas familias se han beneficiado de los contratos de luz y gas a precios congelados desde hace un año, pero estos están a punto de vencer. De modo que, en unos meses, se encontrarán incrementos inesperados. Según estimaciones, el precio del gas subirá de 461€ a 588€, con un incremento de 127€ por familia.
Las cosas no van mejor en lo que respecta a la luz: para los clientes del mercado protegido, la factura alcanzará los 280 euros frente a los 200 del año pasado. Asimismo, el precio del combustible corre el riesgo de volver a subir y, si no se prorroga la rebaja de los impuestos especiales, volverá a situarse por encima de los 2 euros el litro.
En productos de alimentación, entre septiembre y noviembre, los gastos podrían incrementarse en unos 155 euros respecto al año anterior. Los libros escolares aumentarán un 7% y también las mochilas, cuadernos y estuches.
No hace falta gastar para entender que somos mucho más pobres que hace un año. Nuestros ahorros en el banco también se han contraído. En dos años, nuestras cuentas corrientes se han encogido casi un 10%. Es decir, hemos quemado nuestro capital: los ahorros para enviar a nuestros hijos a la universidad, para iniciar nuestra actividad profesional o empresarial, etc.
En los próximos años deberíamos acostumbrarnos a vivir con una inflación alta, superior al 2% que teníamos hace apenas un año. Y quienes no sigan una estrategia de inversión dirigida tendrán que resignarse a perder poder adquisitivo.