Este tipo de operaciones puede lograr que los pagos de las hipotecas sean más sostenibles, con costes mínimos y facilidad de ejecución
En un contexto que se ha caracterizado por tener altos pagos hipotecarios e incertidumbre sobre las tasas de interés, encontrar una hipoteca accesible representa un gran desafío en la actualidad. No obstante, la subrogación podria ser una solución a considerar.
Introducida en 2007 con la ley Bersani y también denominada portabilidad hipotecaria, la subrogación es una operación que abre la posibilidad de transferir la hipoteca a otro banco que ofrezca tipos más bajos y condiciones más favorables.
En ella no existe un límite máximo de subrogaciones a solicitar, sin embargo, la entidad de crédito suele dar luz verde transcurridos 12 meses desde el inicio de la amortización. Además, el banco donde se contrató la hipoteca no puede rechazar la solicitud de transferencia, pero puede hacer una contraoferta al prestatario presentando un plan con tipos de interés más bajos.
En cuanto al calendario, la ley no prevé un plazo mínimo de espera para realizar la portabilidad de la hipoteca, aunque algunos bancos exigen al menos 12 o 24 meses de cuotas pagadas a la entidad anterior a modo de “garantía”.
Es importante señalar que la validez de la subrogación viene determinada por su conveniencia. Aquellos que la soliciten podrán acceder a un tipo de interés diferente o cambiar la duración de la hipoteca sin penalizaciones ni otras limitaciones. Sin embargo, no es conveniente si existe un plan de amortización francés, o si quedan algunos años hasta el final del préstamo, dado que la mayor parte de intereses ya han sido pagados.