Moscú había pedido «a las autoridades oficiales de Kiev que fueran razonables» para evitar que los militantes se convirtieran en «mártires de Mariúpol».
Ucrania no «depondrá las armas y no abandonará la ciudad sitiada» de Mariúpol, dijo la viceprimera ministra, Iryna Vereshchuk, a los medios ucranianos durante la noche del domingo 20 de marzo en respuesta al ultimátum planteado por Rusia.
«No se trata de hablar de rendición o de dejar las armas. Ya hemos informado a la parte rusa sobre esto», señaló Vereshchuk a un diario local. «Es una manipulación deliberada y una verdadera toma de rehenes», indicó la funcionaria.
El Ministerio de Defensa ruso, Mikhail Mizintsev, había llamado a Ucrania a «deponer las armas» y exigió una «respuesta por escrito» a su ultimátum antes de las 05:00 a.m. de este lunes 21, en nombre de salvaguardar a los habitantes y la infraestructura de la ciudad de Mariúpol.
«Pedimos a las autoridades oficiales de Kiev que sean razonables y cancelen las instrucciones dadas anteriormente, que obligaban a los militantes a sacrificarse y convertirse en ‘mártires de Mariúpol’», sostuvo Mizintsev, director del Centro Nacional de Moscú para la gestión de la defensa en un informe emitido por el Ministerio de Defensa de Rusia. «Bajad las armas«, recalcó.
Además, manifestó que: «Se ha desarrollado una terrible catástrofe humanitaria (…) Todos aquellos que depongan las armas tienen la garantía de poder salir de Mariúpol con total seguridad».
Autoridades rusas se habían dirigido a los funcionarios en Mariúpol a través de la aplicación de mensajería Telegram, agregando que: «Están (enfrentando una) elección histórica: o están con su gente o están con los criminales».